jueves, 2 de febrero de 2012

Sócrates, el Mesías

Si se tiene en cuenta la cronología actual, se puede decir que nuestro calendario o “nuestra era” comienza con el año del nacimiento de Jesucristo, ya que a partir de este momento se clasifica el tiempo en” A.c.” (Antes de Cristo) y “D.c.” (Después de Cristo).
Otra cronología similar tiene lugar en el mundo de la filosofía en el que la figura clave de la división del tiempo es Sócrates, ya que se establece la separación del pensamiento filosófico en “Presocráticos” y “Postsocráticos”.

Cabe destacar la importancia de este asunto, ya que esta división de los tiempos están marcadas por personajes relevantes en el mundo antiguo. Tanto Jesucristo, como Sócrates fueron personajes relevantes e influyentes de su tiempo, a uno de ellos se le tomó como el estereotipo de una religión debido a sus valores como “divulgador y predicador de la palabra de Dios en la tierra”, mientras que el otro, Sócrates, salvó a la sociedad de la sinrazón y  al cual se le proclamó “post mortem” padre del pensamiento científico.


Tanto Jesucristo como Sócrates fueron asesinados, uno crucificado y otro por suicidio voluntario tomando cicuta.

¿Debería haber sido platón aquel que hubiera merecido morir en una cruz, de forma más magnificente, en vez de morir solitario por envenenamiento de cicuta?

Si hubiera ocurrido de este modo, en el pasado y hoy en día todo aquel que llevase una cruz a modo de colgante, tatuada en el pecho o representada de cualquier otro modo, llevaría en él, el símbolo de la razón colgando sobre el cuello o tatuado en el pecho.
Siendo más representativo este símbolo bajo el concepto de razón que bajo los simples preceptos del buen comportamiento, gracilidad y fe representativos de la vida de Cristo.

Estos dos personajes, tanto Cristo como Sócrates sacrificaron su vida por la humanidad, pero Cristo la sacrificó en vano, ya que esperaba que su muerte sirviera de ejemplo para evitar seguir haciendo el mal, cosa que no se ha conseguido, sino todo lo contrario.
Mientras que Platón fuera del morbo de la historia bíblica de la pasión de Cristo, se suicido de una forma discreta, pero aportó a la sociedad algo inmortal, la razón, algo de lo que aún hoy en día se tiene constancia gracias a él.

Así que dejando de un lado los relatos del hijo de un carpintero, convertido en la figura magnífica del Mesías, cabe  destacar como figura más importante y útil de estas dos para la humanidad a Sócrates.
Fue Cristo quien tuvo el papel de “salvavidas” en muchos momentos históricos en el que reyes, papas, y personas de a pié se encontraban en una mala situación, utilizándolo como amortiguador de sus miedos y temores, mientras que Sócrates hizo lo contrario, promovió la autosuficiencia de las personas, promulgando que la fuente más eficaz para resolver problemas y para todo tipo de cuestiones es la razón.

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